Rosell plantea quitar el paro a quienes reciban una indemnización alta La patronal prevé apoyar el factor corrector de las pensione

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Reformas o declive. Este es el título del libro escrito por el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, que presentó ayer él mismo públicamente. En este texto narra los cambios que en su opinión “son necesarios para salir de la crisis y volver al crecimiento”. Varias de las reformas que sugiere están relacionadas con el gasto público y el mercado laboral. Y, quizás la más llamativa y polémica consiste en su propuesta de eliminar el cobro de la prestación por desempleo para aquellos parados que hayan recibido una indemnización por despido “importante”.

Además, considera que las bonificaciones en el IRPF de estas indemnizaciones si están dentro del marco legal, –que según sus cálculos suponen dejar de ingresar 300 millones de euros al año– “deberían desaparecer”.

No obstante, Rosell precisó que se trata de una opinión totalmente particular que ni siquiera ha sido discutida en el seno de CEOE. En cualquier caso, según su justificación para que estas indemnizaciones no estén exentas o directamente se supriman es que “no se pueden tener dos ingresos por un mismo hecho”.

El líder patronal no dijo que cantidad indemnizatoria debería llevar aparejada la pérdida del derecho al cobro del seguro de paro, pero puso como ejemplo “indemnizaciones de 600.000 euros” o citó otras de 100.000 o 80.000 euros que están exentas de tributar a Hacienda.

Dicho todo esto, Rosell aseguró “ser consciente” de que tal y como está ahora la ley la prestación por desempleo es un derecho que no se puede quitar. Y, en general, defiende en su libro la existencia de las prestaciones sociales como ”salvavidas económicos”. Es más, considera que estas ayudas “debieran hacerse compatibles legalmente con el ejercicio de algún trabajo de menor remuneración (...) no sería ninguna tontería estudiar, sin complejos, lo que han hecho algunos países del norte de Europa”.

En materia de cuentas públicas, el líder de CEOE se muestra defensor a ultranza de la racionalización en el gasto. En este sentido, llega a preguntarse de forma retórica por la posibilidad de “eliminar uno de los cuatro niveles de la Administración pública”.

La ristra de reformas que propone implican también “introducir criterios de racionalidad y disciplina presupuestaria” en partidas como educación, sanidad o pensiones, “para que sean sostenibles”. En este punto se refirió al factor de sostenibilidad de las pensiones, sobre el que sugirió que CEOE se mostrará a favor.

Y, en segundo lugar, defendió una modulación del requisito propuesto por el Ministerio de Educación de obtener una nota de 6,5 para acceder a las becas educativas. En su opinión esta regla no puede ser general “debe permitirse una segunda lectura y observar los casos personales y con ello hay que hacer un traje a medida”. Y, dicho esto, se puso asimismo como ejemplo al explicar que él estudió dos carreras universitarias a la vez y, al mismo tiempo, trabajaba por las tardes; en casos como ese, por ejemplo, estaría justificada la obtención de una nota peor. Rosell, que ayer defendió la reforma laboral porque “se hizo lo que se pudo”; también incidió en la necesidad de modificar la normativa resultante de dicha reforma “para que sea clara”. Según explica la elevada judicialización de las decisiones empresariales “demuestra que la regla no es clara. Lo peor de una ley –añade– es que pueda interpretarse (por los jueces). Es entonces una mala ley”.

Contra la EPA y las deducciones

Asimismo, en este libro vuelve a arremeter contra la Encuesta de Población Activa (EPA) como el actual sistema oficial de medición del empleo y el paro, por considerar que sus datos “se alejan bastante de la realidad”. En materia fiscal aboga por la eliminación de bonificaciones y deducciones a cambio de la bajada de los tipos impositivos, tanto en el Impuesto de Sociedades como en el IRPF. Y finalmente pone a CEOE como ejemplo de “absoluta transparencia” en la rendición de cuentas sobre el dinero público que recibe. Y da un tirón de orejas a los sindicatos al reprocharles que no estén haciendo un ejercicio de refundación en su gobernanza como el que está haciendo la patronal.

 

Fuente: Cinco Días

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